martes, 15 de octubre de 2013

Comunicado de Obispo de Jinotega por enfrentamientos en norte de Nicaragua

La paz se construye día a día, en la busca del orden querido por Dios, y solo puede florecer, cuando cada uno reconoce, la propia responsabilidad, para promoverla. Para prevenir conflictos y violencia, es absolutamente necesario, que la paz comience a vivirse como un valor en el interior de cada persona. La paz no se puede lograr, si no se asegura el bien de las personas, y la comunicación espontánea entre los hombres de sus riquezas de orden intelectual y espiritual. (Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, 49). Como obispo de la Diócesis de Jinotega, pastor del rebaño que el Señor me ha confiado, me veo preocupado por los recientes y lamentables hechos, en las comunidades rurales de los municipios de Pantasma y Wiwilí; en las que han muerto civiles inocentes en manos de rearmados y del Ejército de Nicaragua. Por lo tanto:



1. Pido de todo corazón al Ejército de Nicaragua, que actúe con respeto a los derechos humanos de los civiles. Les recuerdo que los civiles no tienen culpa de que anden personas armadas en esos lugares. Busquemos la forma de dialogar con dichas personas armadas, pues la violencia engendra violencia.

2. Invito al Gobierno a que actúe con sabiduría, para realizar un verdadero diálogo, para evitar más violencia y muerte en nuestra Nicaragua tan sufrida. Ya son varios los muertos, tanto militares como rearmados. La gente pobre del campo es la que sufre esta situación, llevándola a una inestabilidad social y un sentimiento de persecución.
3. A los rearmados, les invito a reflexionar de que las armas no son el instrumento eficaz para reclamar sus derechos. Hay que hacerlo de una manera cívica, para así evitar más el dolor de las familias y el derramamiento de sangre, en nuestra zona. Espero escuchen las súplicas de muchas familias de nuestros pueblos, que ya en otra ocasión, han sufrido mucho.
4. A las familias dolientes, les hago llegar mi profundo pésame y encomiendo mis oraciones por las personas que han fallecido, en estos hechos tan lamentables.
Pidiéndole al Señor, cese este ambiente de violencia que ilumine a las partes en conflicto. Pido muchas oraciones, para que nuestro país no vuelva sufrir como en el pasado.
Afectísimo en Cristo,
 
+Mons. Carlos Enrique Herrera, O.F.M.
Obispo de Jinotega.

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