domingo, 11 de noviembre de 2012

Nicaragua, mucho por ganar; Colombia; mucho que perder

Para Colombia, se trata de un territorio que ha controlado históricamente y para Nicaragua significaría un aumento sustancial de territorio que contiene, además de los cayos, "un lecho marino y posibilidades de exploración y explotación de recursos naturales", como lo advierte el director de Derecho Internacional de Eafit, Rafael Tamayo. Dos cosas son claras en este proceso: Colombia no pudo haber evitado el litigio y, una vez fallado, los dos Estados cumplirán la decisión, porque, a juicio de los analistas, en caso contrario los países podrían ser objeto de "medidas de retorsión, que no es el uso de la fuerza física, pero sí bloqueos o embargos", como lo afirma el profesor de Derecho Internacional de la UPB, Raúl Molina. Colombia no pudo evitar la controversia ante la CIJ, pues a pesar de haber tenido la posibilidad de negar su jurisdicción en la definición de fronteras, esa situación hubiera traído nefastas consecuencias políticas, de acuerdo con el ex canciller Fernando Araújo: "apartarse de ahí, nos dejaría aislados".
El primero de los dos escenarios posibles es que la Corte Internacional beneficie a Nicaragua con su fallo, ya sea concediéndole todo lo que pide hoy, o dándole solo algunas pretensiones. En ambos casos, el país centroamericano termina con territorio marítimo e incluso terrestre que hoy no tiene. En este caso, Colombia, que se ha reconocido como defensor del Derecho Internacional, optará por acatar el fallo, y la flota que hoy está patrullando la frontera, tendría que ser movida hasta donde el fallo lo establezca. Se trata del "panorama más oscuro", como señala el profesor Tamayo, de Eafit. En el mapa quedarían enclavados los territorios que ya se determinaron como colombianos, es decir, San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Eso significa que las islas como tal son de Colombia, pero las aguas que las rodean serían de Nicaragua, así como los cayos adyacentes de Serrana, Serranilla, Roncador y Quitasueño, entre otros. Con esa decisión, se desconocería la delimitación histórica que ha tenido Colombia sobre la base del meridiano 82.
Una de las consecuencias del aumento de territorio para Nicaragua, se ve representado en el potencial de explotación y exploración de recursos naturales que ahora tendría a su disposición, para sacar provecho económico o por el contrario destinarlo a conservación. Sin embargo, la historia ha demostrado que los fallos de la CIJ, no conceden todas las peticiones solo a una de las partes, lo que le resta probabilidad a este escenario.

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